Como cuando una balsa se topa con una tormenta en medio del mar, Gustavo ha chocado en varias ocasiones con dificultades que se le han presentado en el camino. La principal de ellas ha sido la falta de atención de las administraciones, para con su proyecto. Ante esto, le ha correspondido a él "tocar las puertas" incontables veces para ser escuchado. 
No obstante, no ha permitido que esta indiferencia afecte en el proceso y crecimiento del proyecto.  Por el contrario, la lucha constante con la cual ha adquirido el reconocimiento no solo en la institución sino también en los medios, es lo que lo hace sentirse orgulloso de su trabajo.   
Como cuando un bebé da sus primeros pasos,  para Gustavo estos primeros pasos con su proyecto fueron dispendiosos, pero con lo poco que tenía  empezó con la dotación de instrumentos a la institución.  Debido a que este dependía de su iniciativa, su primer aporte fue una tambora, un par de guitarras, un parlante y un clarinete.  Hoy la institución cuenta con dos salones de música, en los cuales se encuentran instrumentos de toda clase.  En uno de esos salones han ubicado a aproximadamente 38 guitarras y a una batería. Mientras que el segundo salón podría ser un paraíso para cualquier músico. 
Al ingresar a este santuario de instrumentos musicales, lo primero que se ve es la cabina de grabación.  Con sus manos y sudor y la ayuda de un amigo,  Gustavo construyó esta cabina, la cual ha adecuado con una silla Rimax para que se sienten los estudiantes, con un micrófono y con dos audífonos para que se puedan oír a la hora de grabar. Esto último es esencial para el proyecto de este docente debido a que la evaluación se basa en la auto evaluación que se hacen los estudiantes.
Una batería ubicada en una esquina es el comienzo de una hilera de instrumentos que se distribuyen a lo ancho y largo del salón.  Violines, tamboras, timbales, guitarras, bongos, xilófonos, saxofones, clarinetes hacen parte de la lista interminable de instrumentos con los cuales cuentan en esta escuela. ¿Una escuela distrital con todos esos instrumentos? SI, pero todo esto es un logro de Gustavo.
Lo que hoy se ve acá ha sido el resultado de varios días parado esperando que me oyeran y escucharan mi proyecto”.  En este campo de la educación no van a las escuelas a tocar a las puertas preguntando qué necesitan.  Entre las labores de los docentes está  ir a tocar las puertas en las distintas instituciones para que les ayuden con sus proyectos.  Para Gustavo actualmente esto es “pan comido” teniendo como base las experiencias que tuvo cuando su proyecto era desconocido.  A medida que La música como experiencia lúdica se dio a conocer en distintos encuentros artísticos, las colaboraciones con instrumentos empezaron a verse.
La alcaldía de la localidad, el IDEP, la Alcaldía de Bogotá y la Secretaría de Educación han sido las entidades públicas en las cuales ha tocado las puertas, en busca de ayuda.  En un principio no obtenía respuesta alguna, pero con el pasar del tiempo y con su insistencia, el proyecto se hizo notar. De esta manera, el profesor González aseguró que ha sido una  travesía que en muchos casos le ha dejado sin sabores. Sin embargo,  al ver que sus herramientas de educación han dado resultados satisfactorios y dignos de admirar, no han tenido de otra que colaborar a la institución,  dotándola con instrumentos musicales.
Al IDEP Gustavo pasó un proyecto de innovación entre los años 1998 y 1999.  De este proyecto esta institución le dio la mano con un computador y un mezclador, con los cuales ha grabado las producciones de los trabajos pedagógicos de los niños.
La alcaldía de Bogotá, en los 15 años que ha ejercido su labor de docente,  le ha dado la mano con un contrabajo. En esta alcaldía, antes de que Samuel Moreno fuera suspendido, Gustavo acudió a esta entidad para que les ayudara con dos clarinetes y dos congas. No obstante, los instrumentos solicitados no llegaron, la ayuda se vio “Luego de que nos presentamos con una de las orquestas, el alcalde se encontraba en la presentación, nos felicitó y allí aproveché para hacerle la solicitud de manera directa”.  A los 3 meses llegaron los clarinetes y las congas.  
Por su parte la Secretaría de Educación le colaboró con unos cuantos violines, luego de insistir en contadas veces con ayuda para seguir fortaleciendo la música en la institución educativa, y para proyectar con más facilidad su proyecto educativo. En esta medida se corrobora la ardua labor del docente artístico, el cual debe estar dispuesto a pedir e insistir incontables veces para fundamentar sus proyectos ya que como asegura Gustavo “Todo está en el maestro”.